Con la llegada del buen tiempo, muchas personas sienten que tienen más energía y motivación para moverse. No es casualidad: diferentes estudios demuestran que el nivel de actividad física aumenta en verano, convirtiéndose en la época ideal para empezar a hacer ejercicio y establecer rutinas saludables que se mantengan durante todo el año.
En una revisión sistemática realizada por investigadores de la Universitat de València, que analizó 27 estudios de 18 países, se observó que la mayoría de las personas incrementan su nivel de actividad física durante el verano. La razón es clara: más horas de luz, menos obligaciones académicas o laborales, y mayor facilidad para realizar actividades al aire libre. Todo ello se traduce en más motivación y movimiento.
Por qué el verano invita al movimiento
Durante los meses de calor, el cuerpo gasta más energía para regular la temperatura. Esto, sumado al aumento de actividades recreativas y sociales, favorece la práctica de ejercicio físico. Además, el verano suele estar asociado con un deseo de cuidar más la alimentación y mejorar la forma física, lo que convierte esta estación en una oportunidad excelente para adquirir nuevos hábitos saludables.
Según especialistas en actividad física y salud, incorporar pequeños cambios diarios —como caminar más, nadar, practicar running o entrenar en grupos reducidos— es suficiente para activar el cuerpo y notar beneficios inmediatos en energía, ánimo y bienestar.
Adaptar el entrenamiento a las condiciones del verano
Entrenar con calor requiere ciertas precauciones. Es recomendable elegir las primeras o últimas horas del día para ejercitarse, cuando las temperaturas son más suaves. La hidratación cobra un papel fundamental, así como el uso de ropa ligera y transpirable.
Los profesionales recomiendan también ajustar la intensidad: en lugar de forzar al cuerpo, es preferible progresar poco a poco, escuchar las sensaciones y mantener la constancia. Lo importante no es entrenar más, sino hacerlo de forma segura, eficiente y sostenible.
Una oportunidad para nuevos hábitos
El verano puede ser, además, el mejor momento para probar modalidades deportivas diferentes o incluso iniciar un programa de entrenamiento personal adaptado a tus necesidades. Contar con la guía de un profesional no solo aumenta la seguridad, sino que multiplica los resultados y ayuda a mantener la motivación en el tiempo.
Empezar a entrenar en verano es una inversión en tu bienestar que se prolonga mucho más allá de las vacaciones. Lo que comienza como una decisión estacional puede convertirse en un estilo de vida que mejore tu salud, tu forma física y tu calidad de vida durante todo el año.