En los últimos años, los comedores escolares han experimentado una revolución sin precedentes. Con el aumento de alergias alimentarias y la diversidad cultural en las aulas, los colegios han tenido que diversificar su oferta gastronómica hasta llegar a ofrecer hasta 20 menús distintos en algunos casos.
Según los últimos estudios, cerca del 25% de las comidas escolares en Cataluña requieren adaptaciones especiales. Los menús personalizados no solo atienden a alumnos con intolerancias alimentarias como la celiaquía o la alergia a los frutos secos, sino también a aquellos que siguen dietas por razones religiosas o éticas.
Una necesidad creciente en las escuelas
Los profesionales de la nutrición infantil han detectado un incremento notable en las solicitudes de dietas especiales. «En los últimos cinco años, hemos visto un aumento del 30% en la demanda de menús adaptados», señala un responsable de alimentación escolar. La concienciación de las familias y la necesidad de evitar reacciones adversas han convertido la personalización de los menús en un reto logístico para los centros educativos.
A este desafío se suma la gestión de la seguridad alimentaria. Los comedores deben seguir estrictos protocolos para evitar contaminaciones cruzadas, lo que implica una organización rigurosa en la cocina y la formación del personal.
Menús sin carne y opciones vegetarianas
Uno de los cambios más notables es la creciente demanda de menús sin carne. Muchas familias optan por dietas vegetarianas o veganas por motivos éticos, de salud o religiosos. Esta tendencia se ha hecho evidente en los centros educativos, donde se ofrece un mayor número de alternativas basadas en vegetales y proteínas de origen no animal.
«Cada vez más padres solicitan que sus hijos no consuman carne roja más de dos veces por semana», explica una experta en nutrición infantil. Esta tendencia refleja un cambio en la percepción de la alimentación y la importancia de inculcar hábitos saludables desde la infancia.
Alergias e intolerancias: un reto para los comedores
El número de niños con alergias alimentarias ha aumentado significativamente en la última década. Actualmente, un 10% de los menús escolares están diseñados específicamente para evitar ingredientes como el gluten, la lactosa o los frutos secos. Los colegios han tenido que reforzar las medidas de prevención, desde la identificación clara de los alimentos hasta la capacitación del personal de cocina y monitores de comedor.
Hacia un modelo de alimentación más inclusivo
Los cambios en los comedores escolares reflejan la evolución de la sociedad hacia un modelo de alimentación más diverso e inclusivo. La adaptación a las necesidades individuales de los alumnos es clave para garantizar su bienestar y educarlos en hábitos saludables desde una edad temprana.
Las escuelas continúan trabajando en mejorar la gestión de estos menús, con el objetivo de ofrecer opciones seguras, equilibradas y adaptadas a cada estudiante.