En un entorno marcado por la pandemia, la inflación y la inestabilidad geopolítica, el sector de la alimentación y gran consumo ha demostrado ser uno de los pilares más sólidos de la economía española.
Josep Maria Bonmatí, director general de AECOC, lo tiene claro: “los fondos de inversión ven que los alimentos van a ser estratégicos”.
AECOC, que agrupa a más de 35.000 empresas, representa a un sector que genera el 20% del PIB español. Bonmatí destaca cómo el COVID-19 y la posterior crisis logística pusieron a prueba la eficiencia de las cadenas de suministro.
Hoy, los modelos just-in-time han dado paso a una nueva mentalidad: hay que estar preparados para lo inesperado.
Además, Bonmatí pone el foco en el impacto de los aranceles, la inflación importada y las decisiones de grandes potencias como EE.UU., que afectan directamente al abastecimiento en Europa.
Todo ello impulsa a los países a repensar su soberanía alimentaria, un concepto que vuelve con fuerza tras las recientes crisis de precios.
En cuanto a la relación entre distribución y producción, Bonmatí defiende que el sector primario merece mayor reconocimiento y una retribución más justa.
Apunta también a ejemplos exitosos como BonÀrea, que ha demostrado que la integración vertical y la cooperación pueden ser claves para la sostenibilidad económica del sector.
En definitiva, la alimentación ya no es solo una cuestión de consumo: es estrategia, seguridad y futuro.