La resistencia a los antibióticos es uno de los mayores retos de la salud pública en el siglo XXI. Sin nuevas soluciones, podríamos entrar en una era posantibióticos donde infecciones comunes volverían a ser mortales. Según estimaciones, para 2050 las superbacterias podrían provocar hasta 10 millones de muertes anuales.
Un equipo liderado por Didier Cabanes, investigador del Instituto de Investigación e Innovación en Salud (i3S) de la Universidad de Oporto, está desarrollando estrategias innovadoras para combatir esta crisis sin recurrir a los antibióticos tradicionales.
¿Por qué necesitamos alternativas terapéuticas a los antibióticos?
El uso inadecuado de antibióticos elimina bacterias sensibles, pero favorece el crecimiento de bacterias resistentes en un entorno sin competidores. Este fenómeno incrementa la selección de resistencias, explica Cabanes.
El objetivo principal del equipo es crear antimicrobianos de nueva generación que, en lugar de destruir bacterias, reduzcan su capacidad de causar enfermedades (virulencia). Para ello, están trabajando en inhibir glicopolímeros (azúcares) presentes en la superficie bacteriana, un enfoque que protege la microbiota del huésped, esencial para la salud.
Investigaciones prometedoras
El estudio se centra en la bacteria Listeria monocytogenes, un microorganismo que puede provocar infecciones graves. La investigación ha identificado glicopolímeros específicos en la pared celular de bacterias grampositivas que son cruciales tanto para la virulencia como para la resistencia a los antibióticos. Estas estructuras están siendo exploradas como dianas para nuevos fármacos antimicrobianos.
Cabanes resume: “Proponemos inhibir las enzimas bacterianas responsables de producir glicopolímeros, buscando así reducir la virulencia de las bacterias sin afectar la microbiota.”